Orcel demandó más poder antes de que Santander descartara su nombramiento como CEO
Financial Times tuvo acceso al intercambio de mensajes con Ana Botín. “Mi ejecución, pero sus decisiones”, le dijo el jefe de banca de inversión de UBS.
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Madrid/Londres
Andrea Orcel demandó que Ana Botín, de Santander, lo “empoderara” en su rol como director ejecutivo del banco español días antes de que el grupo abandonará sus planes de contratarlo, según correspondencia a la que tuvo acceso Financial Times.
En un intercambio el 20 de diciembre en Signal, la aplicación de mensajería encriptada, Orcel le dijo a Botín, la presidenta ejecutiva de Santander, que quería instalar un sistema de “cascada” en el cual él le respondiera a ella, pero que todos los otros ejecutivos le respondieran a él: “Mi ejecución, pero sus decisiones”, escribió.
También dijo que el banco tenía que “mejorar la disciplina y la eficiencia de la ejecución”, si se quería subir el precio de la acción. Los papeles han caído 17% en el último año y se están transando cerca de un mínimo en diez años. Los mensajes privados entre los dos entonces amigos juegan un rol importante en la demanda de Orcel contra Santander, en la cual él demanda que le den el rol de director ejecutivo, o si no ocurre, una compensación de 112 millones de euros.
Santander nombró a Orcel, exjefe de banca de inversión de UBS, como su nuevo director ejecutivo en septiembre del año pasado, antes de echar pie atrás en el nombramiento cuatro meses después.
La causa de Orcel en contra del banco sugiere que Botín decidió desechar su nominación días después de los mensajes del 20 de diciembre porque tenía dudas sobre el poder que él estaba demandando y el perfil público que habría tenido como director ejecutivo, además de las metas que estableció.
Pero el banco español dijo que cambió de curso, después de una decisión conjunta por parte de los comités de remuneración y de nominación del grupo, porque las demandas de Orcel por dinero y su supuesto fracaso en hacer “los mejores esfuerzos” para reducir el costo de su paquete de remuneración para el banco.
“Esta correspondencia no tiene nada que ver con el caso y ninguna conexión con la decisión del directorio de no seguir adelante con el nombramiento de Orcel no tiene base en los hechos”, dijo un vocero de Santander.
“En el momento en que se enviaron los mensajes el directorio y sus comités ya habían expresado serias dudas sobre el costo final del nombramiento y la forma en que Orcel estaba actuando durante las negociaciones. No hubo ninguna referencia en ninguna de las reuniones del directorio o los comités, sobre su rol o funciones”.
Orcel no pudo ser contactado para hacer comentarios.
Polémica remuneración
El juicio, que es probable que demore meses, gira en torno a si una carta de oferta enviada al banquero italiano constituye un contrato. A pesar de que el documento fue firmado por ambas partes -y según el argumento de Orcel es vinculante- Santander ha dicho que la ley corporativa española y sus propias reglas requieren un contrato separado aprobado por dos tercios del directorio.
En el mensaje de diciembre a Botín, Orcel expresó inquietud sobre la publicidad por el paquete de remuneración propuesto de hasta un máximo de 35 millones de euros en acciones de Santander si UBS le entregaba un pago diferido menor al que le correspondía, y un bono de contratación en efectivo de 17 millones de euros.
Dijo que quería hablar directamente con Botín sobre la decisión del comité de remuneración y el directorio de Santander sobre su sueldo y también sobre “el efecto muy negativo de que la publicación de su salario podría tener a nivel de personal e institucional”.
Agregó que quería hablar con ella sobre “el perímetro y empoderamiento de mi rol, ya que entiendo sus perspectivas (sobre todo) y aquellas del país, negocio y jefes ejecutivos de área, pero mi (perspectiva) también existe en relación a lo que en necesario para realizar el trabajo para el cual he sido contratado”.
Destacó que se le había dicho que Botín tenía que autorizar “todas las contrataciones que me gustaría hacer, incluyendo a mi muy reducido personal”.
Su mensaje pedía una mayor inversión en los negocios rentables de Santander y recortes en los “malos”, además de una estrategia revisada para las ramas de banca de inversión y administración de patrimonio del banco.
Reunión final
Orcel le pidió a Botín que lo llamara “en los próximos días, ya que estos temas son urgentes”. Sin embargo, en su respuesta la presidenta de Santander sugirió un “tiempo para ver dónde estamos, y para eso deberíamos vernos y tener una conversación calmada y honesta” en Madrid en enero.
Cuando esa reunión se concretó, el 7 de enero, a Orcel se le dijo que Santander no seguiría adelante con su contratación.
El breve mensaje de Botín a Orcel también abordó el tema de su paquete de remuneración. A pesar de que Santander esperaba que UBS le entregara más de su pago diferido a Orcel, ella dijo que “sobre el asunto de la compensación, (el presidente de UBS) Axel (Weber) no se está moviendo para nada. Básicamente cero”.